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Blog 18.JUL.2023

El rol de la mujer en el sector agro

Las MUJERES son una piedra angular de la economía rural y de la seguridad alimentaria en los países en desarrollo. Múltiples estudios y resultados de proyectos implementados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrolla Agrícola (FIDA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros organismos internacionales señalan que potenciar el papel de las mujeres rurales incide directamente en la disminución del hambre, la desnutrición, y promoción el desarrollo económico.

En América Latina y El Caribe, la población rural está conformada por 121 millones de personas; 48% son mujeres, que equivale aproximadamente a 59 millones. Las actividades que realizan las mujeres rurales dentro del campo están relacionadas principalmente a funciones que involucran tiempo y esfuerzo físico, como plantar, desmalezar y cosechar. Sin embargo, en su mayoría, tienen una reducida participación en los eslabones de las cadenas productivas asociadas a la generación de mayores ingresos.

Si bien las mujeres son una pieza fundamental y realizan una parte considerable de las actividades del campo, ellas afrontan varios desafíos relacionados a la inequidad de género existente en el sector, lo cual limita el desarrollo de este y en general de la economía en la región.

¿Cuáles desafíos enfrentan las mujeres en el campo?

 Las mujeres rurales enfrentan desafíos con relación con la tenencia de la tierra y el ganado, la falta de igualdad en la remuneración por las labores realizados, y la baja o nula inclusión en la toma de decisiones. De manera generalizada, las mujeres solo poseen una fracción de la tierra, el crédito, los insumos productivos y la educación en comparación con los hombres.

En América Latina y el Caribe se estima que cerca del 40% de mujeres rurales mayores a 15 años no tienen ingresos propios a pesar de trabajar a diario. Estudios realizados por la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL) han dado a conocer que las mujeres rurales de la región son quienes más trabajan, ya que destinan hasta 90 horas a la semana a múltiples actividades, tanto del hogar, como del campo. A pesar de ello, la brecha de ingresos entre hombres y mujeres del sector es significativa y para nada equivalente al tiempo destinado a las labores realizadas.

Por otro lado, en todas las regiones las mujeres son menos propensas que los hombres a poseer o controlar la tierra y sus parcelas suelen ser de peor calidad. A nivel mundial, menos del 20% de los propietarios de tierras son mujeres y en América Latina y el Caribe la situación es similar al tener como referencia a países como México, Paraguay, Nicaragua y Honduras, en los que se han identificado los porcentajes de propietarias más altos; 32%, 30%, 20% y 14%, respectivamente.

Los costos de la inequidad de género en las zonas rurales.

La inequidad de género existente en el campo conlleva costos significativos a la sociedad en términos de productividad, seguridad alimentaria y crecimiento económico. Se ha identificado que las mujeres reinvierten hasta 90% de sus ganancias en sus hogares; recursos que están enfocados en la nutrición de quienes integran las familias, atención médica, educación y también en emprender actividades generadoras de ingresos, las cuales contribuyen a romper ciclos de pobreza intergeneracional, en las que está envuelta una gran parte de la población rural.

Perspectiva y futuro de la participación de la mujer en el campo

 Varios esfuerzos realizados tanto por gobiernos nacionales y/o locales, así como, también por parte de organismos internacionales orientados al desarrollo del sector rural, están relacionados a garantizar el establecimiento de políticas que promuevan la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres; a través de herramientas que permitan a las mujeres ser más independientes y capaces para emprender actividades económicas locales.

¡Todo es cuestión de oportunidades! Múltiples programas enfocados en la equidad de género dentro del sector rural han podido demostrar que cuando las mujeres se involucran más en las actividades del campo, incluyendo la toma de decisiones, existen múltiples beneficios tanto inmediatos como a mediano y largo plazo.

Una de las tantas maneras para empoderar a las mujeres rurales es la tecnología. En este aspecto, INNOVATECH tiene como uno de sus objetivos principales contribuir a la inclusión de mujeres en el campo a través de múltiples herramientas tecnológicas de alto impacto. Conforme avanza el proyecto, hemos visto el interés e involucramiento de las mujeres, quienes han usado herramientas tecnológicas para administrar recursos financieros, comercializar productos y acceder a información técnica aplicable a sus cultivos. Sin duda, es una de tantas maneras de apoyar a las mujeres en su constante lucha para posicionarse al frente del campo.

 

Fuentes:

Land and empowerment: The importance of female land ownership for food security. Schling, M., & Pazos, N. IADB. (2022, Marzo 24). Recuperado Julio 18, de Land and empowerment: The importance of female land ownership for food security – Sostenibilidad (iadb.org)

Las mujeres en la agricultura. Recuperado Diciembre 27, 2022, de https://www.fao.org/reduce-rural-poverty/our-work/las-mujeres-en-la-agricultura/es/

Las mujeres son la clave para lograr un mundo sin hambre ni pobreza. FAO. (2016, diciembre 16). Recuperado Enero 1, 2023, de https://www.fao.org/news/story/es/item/461111/icode/

Las mujeres rurales trabajan más y ganan menos. CEPAL. Recuperado Enero 4, 2023, de https://oig.cepal.org/sites/default/files/nota_para_la_igualdad_3_mujer_rural_version_final_esp.pdf

Mujeres de América Latina y el caribe enfrentan mayor pobreza y obesidad en comparación con los hombres. FAO. (2017, Marzo 7). Recuperado Diciembre 26, 2022, de https://www.fao.org/americas/noticias/ver/es/c/473034/